El siguiente escrito resume a rasgos generales la historia de Cuento Luna. Mencionaré los nombres de algunos personajes, arriesgándome a que el lector caiga en el desinterés. Aclaro y justifico. Ellos merecen ser mencionados pues formaron parte de esta historia, además, quiero evitar sus llamadas para decirme: "¡y entonces, yo nunca existí o qué!"
La Historia.
Fue más o menos a mediados del 2003 que conocí a Mauricio Barbosa Vampy en la Loma de la Cruz; lo vi contando cuentos allí, vestido con una gabardina estilo Matrix. En ese año yo estudiaba primer semestre de música en el IPC (Instituto Popular de Cultura) y tenía libre los viernes en la noche.
Los amigos de la época como: Diego Caicedo, Martha Rodríguez, Diego Leiter, Sergio Avendaño, Beto, Julián y otros (que también tienen nombre, pero que son tan feos que dañarían más la estética de este escrito) solíamos encontrarnos en la loma para cantar y tomar vino. Una noche, de la cual no tengo fecha exacta, vi a Diego Caicedo junto a Vampy contando cuentos; me enteré por la conversación que luego subirían a la Colina de San Antonio y después a Belalcazar. Fueron ellos dos lo que dieron origen a Cuento Luna.
Diego Caicedo, al pasar de un par de meses no siguió contando y fue él la primera baja; su puesto lo ocupó Jaider Rengifo “j-ta”. Medio año después le pedí a Vampy que me dejara contar y él no se negó; conté, no como hoy lo hago porque en ese tiempo el cuento era un mundo nuevo para mí y no tenía la fuerza para sostener un espacio. Conté, conté de último, para no perjudicar a nadie en caso de que la gente no se aguantara mis cuentos y se marchara.
Nunca pensé que allí comenzaría una cadena de sucesos que me llevarían a conocer tantos amigos, mucho menos que estudiaría Comunicación Social y hoy Literatura. Lo mío era la música, pero el cuento le ganó el puesto. Así dejé mi carrera inconclusa en el IPC. Yo sabía algunos cuentos que me habían llegado de oídas, pero no eran míos; el verdadero trabajo de construir un estilo diferente al de “Vampy” y al de “j-ta”, con cuentos elaborados en el taller de mi mente, apenas comenzaba.
Con el paso del tiempo Cuento Luna tomó fuerza; “j-ta”, “vampy” y “El Santo” tenían un público dispuesto, juntos éramos una bomba. Por el colectivo pasó “El Anónimo”, cuentero que nos acompañó dos años y que se fue al Ecuador y nunca volvió. “j-ta” se marchó también para Argentina y el espacio quedó en mis manos y en las de Vampy. Posterior a eso, apareció Dj Miller que propuso su música para el espacio, estuvo con nosotros un tiempo y luego retornó a su trabajo habitual, tocar en rumbas. Hace tres meses volvió y hoy aporta la cuota musical en el espectáculo de Vampy.
Agosto trajo vientos de cambio y Santa Palabra, espacio que se realiza en La Casa Café, hoy se extiende hasta la Colina de San Antonio; en donde cada noche convergerán dos espacios: Cuento Luna, ahora en las manos de “Vampy” y Santa Palabra, con Jhohann Castellanos, El Santo.