20 de noviembre de 2009

Spots... para entretenerse un rato.







La Televisión y la Educación.

Me satanizaron la televisión. Me dijeron que perdía el tiempo viéndola y por eso acercarme a ella hoy es para mí algo difícil. No lo ocasionaron mis padres, lo hicieron en la escuela. Los profesores nos decían que la televisión era para vagos, que ver programas de muñequitos era perder el tiempo, que mejor era estudiar para no perder la oportunidad que tantos niños querían tener. Trataban de alejarnos de un medio que es real y que seguirá sirviendo como canal para decirle cosas a la gente. Ellos querían prepararnos para la vida real alejándonos de ella.

Hoy, después de algunos años de salir del colegio, me encuentro con la posibilidad de, en unos años, ser padre o docente y no deseo perpetuar una idea de sociedad que lo único que hace es dejarnos menos preparados para algo que necesita más atención: la televisión. Se hace urgente invertir mayor tiempo para la formación de televidentes críticos, es importante enseñar a no tragar entero todo lo que nos transmite el televisor, ese aparato que tanto se quiere en cada casa y frente al cual se pasan horas. Ahora bien, no se excluya el lector adulto, no me refiero únicamente a la formación de los infantes como si sólo ellos necesitaran aprender, incluyo a todas las personas que se sientan a ver televisión.

El objetivo de la televisión no es entretener o informar, es vender. Las ventas sustentan cada producto que se pone en la parrilla. No se venden objetos y servicios solamente, se venden valores, ideas, se induce al televidente a creer lo que ellos necesitan para manipular más fácil, buscando en últimas desde la compra masiva de un jabón hasta la elección de un presidente. En la actualidad el ambiente es propicio y la televisión logra rápido sus objetivos, en primera instancia porque para ver televisión no se necesita estar preparado, es más, entre menos se sabe de la televisión más fácil resulta la manipulación. El escritor Joan Ferrés en su libro Televisión y Educación[1] sostiene que “(…) mientras sólo suelen aficionarse a la lectura aquellos que saben leer, la mayor adicción a la televisión suele producirse en aquellos que no dominan su lenguaje. Mientras el riesgo de una influencia negativa de las lecturas lo corren sólo aquellos que saben leer, con al televisión ocurre lo contrario: cuanto menor es el conocimiento de los códigos, mayor es el riesgo de una influencia negativa.” (Ferres, 1994:105).

Se aprovechan de nuestra necesidad de espectáculo, de estimular nuestros sentidos. Hoy las producciones para televisión se esmeran por hacer productos más impactantes, que sorprendan nuestras mentes con cargas meditadas de audio e imagen y entre “chiste y chanza” nos dan de comer basura y el espectador común se la traga entera, luego vendrá el dolor de panza. ¿Estaré perpetuando con la anterior frase la idea de mis maestros en el colegio?... No, estoy invitando principalmente a dos cosas, la primera es a preguntarse, a tener una actitud crítica; la segunda es ha aprovechar el medio y su respectiva ventaja para asombrar para enseñar cosas que sirvan, para comprender mejor la vida del hombre en sociedad, en últimas para que vea televisión de una manera más interactiva, con un objetivo que vaya más allá del puro entretenimiento.

A los niños, por ejemplo, les fascina la televisión, para ellos resulta un espacio más que les permite conocer el mundo en el que están, es por eso que resulta urgente hacer un esfuerzo en los hogares para no dejar toda la responsabilidad de enseñar el mundo a una caja electrónica pues a la larga es bajo esa temprana construcción del mundo que el infante tejerá sus estrategias de vida adulta. Claro está que para unos padres resulta más fácil endilgar a la televisión la crianza de sus hijos, “qué viva la televisión que me entretiene al chino”, que ella le siembre sus valores, sus ideas, no importa si eso desencadena la mala vida de un ser y el caos social. Bueno está bien, sé que resulto algo apocalíptica la frase anterior, no tiene porque ser verdad que la televisión forma a un ser humano… ¿o sí?...

Mejor vayámonos a un ejemplo práctico de cómo enseñar literatura mientras vemos críticamente dos productos audiovisuales. Antes de empezar sugiero ir a este apartado para leer el cuento completo de Edgar Allan Poe, luego les invito a ver los dos videos.



Sigan con los videos...





¿Leyeron completamente el texto?... no sé porqué, pero no les creo. Pero fresc@s, debieron estar cansados con tanta cháchara inicial y pensaron en descansar el ojo un rato con los videitos, igual, eso es como propiedad asociativa, el orden de los factores no altera el resultado.

Vamos a la aproximación. Por un lado está el texto de Poe, muy posiblemente menos atrayente para un niño, o adolescente, que la representación del texto hecha por el actor estadounidense Vincent Price y eso sí, totalmente rechazable si se pone el texto al lado del fragmento del capítulo número 3 de la segunda temporada de Los Simpson. Los dos último se refieren explícitamente a la creación literaria, se supone que debería tener mayor valor lo primigenio pero resulta más atrayente ver a Homero ahorcar a Bart. Aún así nos están hablando de Poe, es eso lo que hay que aprovechar para enseñar, parafraseando a Ferrés, “No se eluden las sensaciones y emociones, sino que se aprovechan. No se suprime el placer, se integra al proceso, se canaliza.”(Ferres, 1994:131). Una buena estrategia sería acercarlos al capítulo de Los Simpson, luego llevarlos al texto original, del placer, al origen del placer. Ahora bien, éste es sólo el punto de partida, luego vendría el análisis acorde al currículum de la institución, eso sí, que el paso que siga no deje de hacer el contraste entre las tres formas del mismo texto. Un ejercicio de este tipo ya se hizo con otro cuento de Edgar Allán Poe, El corazón delator, aquí les dejo el enlace para que lo vean. (“dele Clic”)

Para cerrar planteo una posibilidad muy íntima, muy familiar: Si le preguntara a mi sobrinito de siete años, por ejemplo, qué sabe de Edgar Allan Poe y su cuento El Cuervo seguro que me dirá ¿quién es ese? Pero si le preguntara qué sabe de Los Simpson seguro me dirá alguna cosa. Ahora bien ¿será que hay que archivar toda la literatura y darle paso a lo audiovisual dejando los libros en un museo para que se recuerde lo que se vivió en una parte de la historia de la humanidad? No, mejor resulta usar la herramienta audiovisual para enseñar también literatura. Claro está que se corre el riesgo que anuncia Lisa, es posible que no se aprenda nada, mejor resulta clavarles una clase entera sin nada de emoción, al fin y al cabo ellos tienen que ser igual de aburridos a los adultos.

Por Jhohann Castellanos Lozano “El Santo”.


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[1]
FERRÉS,J. (1994) Televisión y educación Ediciones Paidós Ibérica.

19 de noviembre de 2009

Redacted.


Redacted: un cuestionamiento a la verdad


“ay, josé así no se puede

ay, josé así no sé

ay, josé así no

ay, josé así

ay, josé

ay.”

Guillermo Cabrera Infante.

¿Alguna vez se ha encontrado enfrente de una cámara de video controlada por un amigo o familiar y luego ha visto el producto grabado? En silencio puede que vea los acontecimientos y que sienta una sensación extraña, tal vez vergüenza de algo que no debió haber dicho y quizás, en lo más profundo de su ser, piensa en la posibilidad de borrar todo para no dejar evidencia de la estupidez, o en editar, en dejar solo las partes “bonitas”, en desaparecer lo que sería inoportuno dejar ver por otros, en eliminar información. Ahora bien, el contenido de un video familiar puede que no comprometa a las naciones del mundo o desestabilice estados y gobiernos, pero, qué cree que podrían hacer aquellos que sí tienen acceso a esa información vital, o que la producen… ¿será que son capaces de editar los del noticiero, los del canal?... Claro que sí, pero ¿cuál será la verdad y qué habrá sido borrado, eliminado de los registros de nuestra historia porque sencillamente no conviene saberse? Si se nos ofrece hablar de la manipulación y producción de la información y del conflicto que se está presentando a causa de los avances tecnológicos en materia audiovisual, Redacted, es una buena película para confrontarse.

Del director Brian De Palma, esta producción disfrazada de documental nos lleva a pensar en “La Realidad” y “Lo Real”, aplicando para este caso la realidad como aquello que es percibido por el hombre, algo aceptado como verdad y lo real como suceso, cosa, independiente a la interpretación o manipulación, que sencillamente es. La estrategia usada por el director para contarnos la historia y plantear lo difícil que es entender la diferencia está basada en una especie de “polifonía camarográfica[1], en donde cada cámara actúa como un narrador independiente, con su propia versión y con su propia realidad, para que así, poco a poco vayamos construyendo como espectadores lo que será para nosotros nuestra propia versión. Interactúan, para ampliar la gama de narradores, las páginas de Internet con reproductores de videos, las video llamadas, aquellos recursos tecnológicos que hoy en día pueden ser usados por una gran cantidad de individuos, sin contar como recurso, porque no son usados en la película por el director, los celulares con cámara, que hoy están al alcance de miles de personas y que yo cito para ampliar el espectro y dimensionar mejor lo que puede llegar a significar una guerra como la de Irak bajo aquellos recursos audiovisuales. Los cierto es que actualmente hay cientos de ojos tecnológicos que están dispuestos a contar una y otra vez lo que vieron. Existen hoy seres humanos que producen y producen versiones de los hechos y que las sueltan en la Internet, para que sujetos como nosotros saquen sus propias conclusiones. Surgirá seguramente en unos años, a menos que nos matemos como genero humano antes de tiempo, alguna disciplina que se encargue de eso, una especie de pregrado llamado, qué sé yo…”Arqueología Audiovisual” y que se ocupe de indagar cómo vive el hombre de hoy.

Volvamos. Vayamos puntualmente a la película. Filtraré en los próximos párrafos, junto a la breve incitación a ver el Film, un poco de análisis de tipo interpretativo. Hagamos un ejercicio tipo Redacted. Propongo, ojalá logremos hacer bien el ejercicio, hacer el viaje por la película tratando de emular la producción de Brian de Palma. Agarre conmigo una cámara de video, HD, liviana y enfoquemos lo que al parecer nos muestra la película. La idea es que después de leer esto desee profundamente ver Redacted y comprobar si está bien hecho mi “abordaje camarográfico”. Vamos a ver si me siguen[2].

Paneo de un grupo de soldados, una voz en off habla en francés y a manera de documental nos cuenta lo duro que es la guerra para un soldado, de su nivel de stress, de lo difícil que es llegar a un país extraño al lado de una gente que no habla el mismo idioma, sólo para llevarles la libertad y la paz. A los franceses hay que creerles, ellos son serios con eso. Un plano detalle no habla mejor de la guerra, una mano de un soldado norteamericano hace girar una bala en sus dedos, como si fuera una moneda, como si estuviera a punto de decidir, al carisellazo, a dónde va ir a parar. Plano larguísimo y abrumador: la guerra en Irak. Plano secuencia: gente inocente muere, una mujer embarazada, un abuelo, un niño, una joven de quince años, todos abaleados, un plano consecuencia deja ver la pierna de un negro que vuela y la decapitación de un latino, ambos con camuflado. Y los noticieros… ¿qué dicen?... editan.

No estamos siguiendo el orden de la película, lo que nos importa a la larga es chismosear con nuestra video grabadora. Ahora enfoquemos a un pequeño grupo de hombres en un cuartel, un soldado lleva su cámara y la mueve por todos lados. Los hombres uniformados vienen de lugares diferentes y con axiologías distintas; grabémoslos desde puntos distintos para tener varios recuerdos de ellos pues la muerte en ese ambiente no es una posibilidad, es una realidad que les cambiará la vida. Uno de ellos se graba solito contando un cuento sobre la parca, quiere estudiar cine, pero parece que la narración de esa historia le pone un cuchillo en el cuello. Otros dos se ríen en otro encuadre, “matar iraquíes es como matar cucarachas”. Otro encuadre: Alguno lee pornografía y se le calienta la entrepierna. Una noche todos hablan de violación.

Otras imágenes nos pueden ayudar a conocer un poco más de los soldados. Unas cámaras de seguridad nos ceden algunas imágenes y junto a las grabaciones de algunos interrogatorios conocemos más de aquella unidad que empezamos a grabar en el cuartel. Los noticieros transmiten en directo las imágenes de venganza de un grupo y del otro, es una retaliación de la retaliación, algo que no cesa y que termina formando un círculo vicioso de muerte, sin embargo, lo que dicen los presentadores no corresponde a lo que hemos grabado con nuestra cámara, pero no hay que dudar, lo que dicen en el noticiero es pura objetividad, pura verdad, aunque entre ellos mismos se contradigan. En donde no hay control, en la Internet, una mujer grita arengas en contra del gobierno de Estados Unidos, otra llora porque no ve a su marido desde que se fue a la guerra. Voces y más voces, “polifonía camarográfica”, al final, nosotros decidimos. Cerrando el “documental” sólo nos queda un video familiar en donde un hombre llora y cuestiona la finalidad de la guerra. Luego, las imágenes de las víctimas en Irak, fotos reales, todos con los ojos tapados porque al final parece que nadie, a pesar de la tecnología, vio algo.

La ideología del director está a flor de piel en Redacted. No es una película anti-estadounidense, no es una película anti-iraquí, es una película en contra de la guerra, de las consecuencias que ésta deja a su paso y de la indiferencia de los que observan. Pone en el paredón a los crédulos espectadores que piensan que la verdad es la que dicen en el noticiero, la que nos han manipulado para que “sigamos siendo felices” o mejor “seguros”. Es una película para Norteamericanos no hay duda, sin embargo, queda un sinsabor al hacer la transposición y entender que bajo el mismo argumento podría hacerse una versión de lo que sucede actualmente en varias naciones de Latinoamérica.

Por: Jhohann Castellanos Lozano, "El Santo".

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[1] Polifonía, como bien lo dice el diccionario de la RAE, es el conjunto de sonidos simultáneos en que cada uno expresa su idea musical. Aplicado a la camarografía utilizo este término para expresar la variedad de perspectivas que maneja la película, los diferentes narradores que nos cuentan la historia y que se mezclan al interior del film.


[2] Cada uno de los modos de filmación aquí referidos, específicamente los encuadres, no son más que una estrategia literaria para plantear una apreciación interpretativa. Para abordar la teoría sobre el encuadre conviene leer el libro “Cómo analizar un film”. CASETTI, Francesco, DI CHIO, Federico, 1990, CÓMO ANALIZAR UN FILM, Milán, PP. 87-88.

Nota de Interes: El póster de la película fue obtenido de: http://www.quedepeliculas.com