10 de agosto de 2010

El Petronio es una onda pacífica


El Petronio debe verse como más que música y danza para la ciudad. Hoy por hoy en Cali tenemos el honor de contar con un festival de música que se perfila como uno de los patrimonios culturales más relevantes de la nación y del continente, en donde convergen las tradiciones de un pueblo que fue sometido históricamente y que se abre al mundo para que compartamos su sabor. Es también la oportunidad que se brinda, en una región fragmentada, para que se cohesione y se descubra la gente que le habita, quebrando barreras mentales que la historia nos dejó sembradas en la cabeza y que no sirven sino para la exclusión y discriminación. Un reconocimiento a todo lo que tiene color ébano y la exaltación de una cultura riquísima que permea otros colores para que estos la hagan intensa y propia. Además no es sólo cultura, en otro sentido es una enseñanza a la humanidad. Es bueno demostrar que con Festivales como el Petronio Álvarez La Plaza de Toros se puede llenar totalmente y aun verse corta de espacio sin necesidad de contar en la arena con un ser que se desangra. No, afortunadamente en este evento la sangre que corre está por las venas y baila a ritmo de Marimbas, Cununos, Clarinetes y voces de negras que se escuchan siempre como un lamento.

Sin duda el festival, por lo menos iniciando, ya logra dos hazañas importantes: Convocar a miles junto a una cultura antes discriminada en un escenario que se construyó exclusivamente para la muerte. Ahora bien, es muy posible que algunos no lleguen a conclusiones como las anteriores, la mayoría vive la fiesta y no sabe sus mensajes. Y no está mal eso, pero es bueno mencionarlo de vez en cuando para hacer un alto en un camino que, durante los días que dura el festival, será sólo jolgorio y guayabo.

La cita con el festival de música del pacífico es desde el miércoles 11 hasta el domingo 15 de Agosto. Durante esas fechas veremos cómo Santiago de Cali se vuelve pacífico, se alimenta y bebe los productos exóticos del litoral y trata hasta de moverse como sólo los negros saben por herencia. Así es, el Petronio es una onda pacífica que nos envuelve, en donde la ropa delgada y blanca se prefiere; los tragos típicos se buscan, como el famosísimo biche o el arrechón; la gastronomía se toma algunas plazas como la de la gobernación y principalmente, porque esa es su esencia, se canta y se baila, aunque no se haga bien.

Bailar es fundamental, el que no quiera hacerlo que no vaya. Seguramente, por reflejo, alguno que lo haya vivido ha girado rápidamente la cabeza, descontrolada, como perrito adornando carro, mientras se pone las manos en la cintura. Si lo hace un latino tiene posibilidad de sobrevivir, pero se hace más evidente y risible cuando uno ve, los que han tenido la oportunidad de vivir los festivales anteriores no me desmentirán, cómo los visitantes extranjeros hacen el intento de seguir el ritmo, fracasando inevitablemente. Escuché alguna vez a un Chocuano decir a viva voz, “mirá, ese gringuito etá convulsionnaando”. Tranquilo, si usted es blanco dígase a sí mismo tratando de imitar la pronunciación siguiente, si lo hace bien seguro bailará bien: “Freco, nadie se burlará de mí, igual, todo etán llenito de arrechón y lo importante es viví la fieta, ¡digalo!”.

Ahora bien, las recomendaciones principales para el festival, además de gozarlo, es tomar moderadamente. Si se va a pasar de tragos contar con un amigo que lo cargue, que lo lleve, que lo cuide, si tiene carro pues que maneje por usted y principalmente, que ojalá, no le cobre mucho. Llénese de tolerancia para aguantarse los empujones y filas porque el festival es de asistencia masiva y de contacto, y no deje nada tan a la mano, nunca falta el amigo de lo ajeno. Si no pudo ir a la plaza es posible que este año también se pueda ir al remate, ubicado en la calle novena con carrera tercera, pleno centro de la ciudad, zona conocida como La Calle del Pecado, pero tranquilo, le llaman así pero no necesariamente se peca, durante el Petronio se ha podido bailar y ya. En el anterior, por ejemplo, se vio a varios músicos, no necesariamente participantes del festival, tocando sus instrumentos para ambientar, y otros pegándole a la marimba, también para ambientar. Este último destino será totalmente bajo su responsabilidad, no tiene nada que ver con el evento oficial.

No hay duda que esta versión número catorce traerá muchas cosas, esperemos que traiga más buenas que malas, que no resulte ningún accidente que apague la fiesta, que la lluvia deje de caer por esos días y que no se engendren niños a causa de las borracheras. La invitación es para que vaya a vivir la cultura, la nuestra, que leerlo no es lo mismo que vivirlo, por muy apasionado que usted sea a la lectura.

Por Jhohann Castellanos, El Santo.


Escrito producido para www.viviendolacultura.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Súper bakanísimo el artículo!!!