2 de septiembre de 2010

Adentro de una gran mujer


Me metí dentro de Camila, descubrí su cuerpo, recorrí su boca, su epiglotis, toqué su corazón, sentí su estómago y conocí sus intestinos. Para algunos sonará aberrante o algo poético eso de meterse dentro de una mujer, pero no lo fue así para mí, yo sólo estuve dentro de ella para conocer cómo era yo, aprender de una manera más didáctica dónde queda cada órgano que cargo y que cargan ellas. Sonará gracioso, pero cuando me enteré de su presencia en Cali, cuando supe que la mujer más grande de Colombia, que no es la Negra, estaba aquí, moví mis piecitos y me fui a verla, quería volver a saber.

A ver lo ubico mejor. Camila es una Mujer de 50 metros de largo x 8 metros de ancho que está diseñada para educar a los visitantes sobre el cuerpo humano, actualmente está ubicada en Unicentro. Ahora bien, en principio mi visita también buscaba respuestas sobre algunas preguntas con raíces históricas ¿qué tanto había cambiado Camila durante los diez años de no visitar la Sultana del Valle, qué tanta tecnología habían implementado para mejorarla y cuál era la sensación del recorrido? Y otra sentimental, si tal vez podía conectar la experiencia con la vivida una década antes. Entonces me fui para Camila y bueno, la verdad es que mi primer encuentro, después de tanto tiempo, fue algo decepcionante. Entré como parte del grupo de periodistas que habían sido invitados a la rueda de prensa dada por Educación Entretenida S.A, los que se encargan de Camila, y Unicentro. Todos muy aburridos hicimos el recorrido, ninguno se impresionó. Lo mejor de ese primer recorrido fue la salida, cuando el Doctor Bueno dijo que pronto tendrían en Camila un módulo para enseñar cómo se reproduce el género humano, la idea por sí sola suena bastante interesante. Mi segundo encuentro fue mejor, me llevé a mi sobrinito de siete años y descubrí cómo se gozaba la cosa. Por mi segunda experiencia le doy mi primer consejo para disfrutar la visita y querer llevar a los niños: para entrar a Camila hay que olvidarse del adulto, hay que comportarse como un niño al que le gusta la magia, que se cree el cuento de verdad. Responder a las preguntas que llevaba desde la perspectiva del niño fue indispensable para reevaluar mi apreciación primera.

Una breve reseña del asunto. Al iniciar el recorrido el Doctor Bueno nos recibe en la UCI, él de muy buena forma nos dirá qué es qué dentro de Camila y para qué sirve cada órgano durante los treinta minutos que dura el recorrido. Luego de presentarse el Doctor nos ordena frotarnos con humo frío para quitarnos las impurezas que atentarían contra ella, preparándonos para el viaje al interior del cuerpo humano. Frótese, hágalo bien, si está con su hijo es casi una obligación, eso hace parte de meterse en la carreta. Luego recorremos un pasillo externo y entramos a la boca de Camila, digamos que usted sería en ese momento una especie de bocadillo, de alimento que hará el recorrido natural por el cuerpo hasta salir por el intestino grueso de la mujer gigante, las vueltas que dará me las reservo para que siga con la incertidumbre y por favor, un consejo, no reflexione mucho sobre lo que terminará siendo al salir. La cuestión es que no puede irse sin tocarle la lengua, sin sentir las palpitaciones mecatrónicas de su corazón, sin ver su cerebro y sin mirar cómo se mueve la columna vertebral, también mire la boca y los ojos del niño que va a nacer.

Bueno y como lo necesario es urgente, el precio para entra a Camila, si usted es adulto es de $8.000 y $6.000 por niño. Para los colegios la entrada de los niños cuesta $5.000 cada uno. Ahora bien, según se dijo en la rueda de prensa algunos colegios de escasos recursos no pagan la entrada a la Muñeca Gigante, este beneficio se logra a través de la Secretaria de Educación. No se pierda la oportunidad, tendrá hasta el 22 de agosto para visitarla, además con la tranquilidad de estar en Unicentro, con los beneficios que ello tiene, parqueaderos, restaurantes, supermercados, etc. Vaya con su maleta de preguntas como si fuera un niño, juzgue desde allí y riegue la bola con su experiencia. Yo aquí, con este texto, ya he hecho lo mismo.

Por Jhohann Castellanos, El Santo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente critica, hace 10 años fui y me pareció impresionante, justo por lo que dijiste (si, yo era un pequeño niño). Será ir con mi hermanita a ver que tal la paso ;)